Películas
Crítica: ‘Saw X: El juego del miedo’ divierte, a pesar de sus excesos
Aunque la saga ha perdido la gracia de la novedad, ‘Saw X: el juego del miedo’ aún permite divertirnos con su violencia extrema.

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El director, que había sido rechazado por Pixar en la década de 1990 y trabajó en el equipo de ‘Toy Story’, dirige la película sobre el origen de Buzz Lightyear.
Puede que no recuerdes su nombre, pero Angus MacLane ha ganado importancia en Pixar durante las últimas dos décadas. Tras haber sido, inicialmente, rechazado para trabajar en el estudio, participó en Toy Story en 1999 como “artista de storyboard adicional”. Una pequeña labor, que pasa rápido en los créditos finales. Luego, poco a poco, fue ganando confianza. Escribió y dirigió cortometrajes (Burn-E; Toy Story of Terror), compartió la dirección de un largometraje (Buscando a Dory) y, ahora, firma su propia película: Lightyear, precisamente sobre uno de los personajes principales de Toy Story. El mundo da vueltas.
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“Un día, después de comer con mi papá, vi una película que me cambió la vida: Star Wars. Y después de ver Star Wars, todo lo que quería hacer era jugar Star Wars. Todo lo que quería dibujar era Star Wars. Era mi religión. Y duró años. Pero fue solo el comienzo de una serie de clásicos de ciencia ficción que definieron mi infancia”, dice el cineasta. Sin embargo, el encanto de Angus MacLane con la pantalla grande no terminó ahí. Comenzó a trabajar como animador hasta alcanzar su gran sueño de estar en Pixar.
Cuando Filmelier le preguntó al director sobre esta influencia de Star Wars en la película, no pareció gustarle. Quería saber qué era lo que yo había visto tan parecido, tan similar – en ese momento, es decir, los periodistas habíamos visto sólo 20 minutos de la película. Fue un poco incómodo, pero poco a poco Angus MacLane volvió a abrirse, como lo había hecho el día anterior durante la rueda de prensa.
“Puedo decir que tengo una relación complicada con Star Wars. Me gustan demasiado las películas, me inspiran mucho, sobre todo la trilogía original”, dice sincerándose sobre su relación con la saga. “Me han hecho mucha ilusión. Es interesante desbloquear, de alguna manera, algunas ideas para los niños. Es interesante dejarles jugar con su imaginación. Espero hacerlo también con la gente que lo ve”.Resulta que el tiempo es algo muy importante en Lightyear. El tiempo ha permitido a MacLane alcanzar su pasión. El tiempo también es el obstáculo entre Buzz y su objetivo. El tiempo es lo que impulsa la narración. Pero, además, está la cuestión del tiempo de la historia: aunque estemos viendo el largometraje en 2022, debemos recordar que es una historia de 1999, o incluso anterior. Andy lo vio y quedó encantado. ¿Cómo puede una historia así no tener fecha?
“Es un reto. ¿Cómo se hace una película que no esté desfasada y que no sea excesivamente específica? Tienes que creer en esa historia. Para ello, ponemos la sensibilidad contemporánea con una unión estética que aporta elementos de aquella época”, dice. Aunque no lo explica, es fácil entender esta sensibilidad contemporánea: está en la diversidad de Lighyear, que pone a un par de personajes lésbicos besándose y, posteriormente, teniendo un hijo. Al fin y al cabo, como dice MacLane, no hay necesidad de quedarse siempre atascado en las convenciones del pasado, sobre todo cuando no son positivas. “El punto de partida es el juguete de Andy y la película que vio, pero no necesitamos recordar al público en medio de la película que está viendo una película”, dice el directo. “Podemos separar las cosas”.