‘Sonic 2’ borra todavía más los límites entre cine y producto de consumo ‘Sonic 2’ borra todavía más los límites entre cine y producto de consumo

‘Sonic 2’ borra todavía más los límites entre cine y producto de consumo

‘Sonic 2’ brinda más elementos comerciales y menos creatividad que la primera entrega.

Matheus Mans   |  
8 abril, 2022 10:03 AM
- Actualizado 14 abril, 2022 9:46 AM

Sonic 2: La película, en cartelera desde este 6 de abril, es una producción ligera, hecha para niños y para quienes son fans de los videojuegos. Ideal para pasar el rato, para divertirse con Jim Carrey de vuelta al papel del Dr. Robotnik, con referencias al juego cada vez más claras.

Sin embargo, a lo largo de sus más de dos horas de duración, no dejé de cuestionarme: ¿dónde están los límites para que el cine no sea un simple producto de consumo?

Los límites entre cine y producto de consumo ya comenzaban a borrarse con la primera entrega de la franquicia, cuando se reveló el aspecto inicial del erizo azul. Tenía una forma humanoide, poco caricaturesca, un rostro desproporcionado. Provocó toda una revuelta en redes sociales.

Jeff Fowler, director de la producción, bajó la cabeza y cedió. Anunció que Sonic: La película se retrasaría, para poder rediseñar al personaje según el deseo del público.

Sonic 2
Desde su concepción, Sonic era una película preocupada por agradar al público (Crédito: Paramount Pictures)

Fowler dejó de lado la visión estética de un equipo para satisfacer a los fans de todo el mundo. No luchó en ningún momento por lo que quería el equipo creativo. Sólo aceptó la derrota y, buscando un taquilla más grande, aceptó hacer lo que los fans querían –de paso, sumando unos 5 millones más a los gastos de la producción–.

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Se dice que todo eso fue un truco de marketing. Nunca se comprobó. Si lo fue, sólo confirma la tesis de que es un producto de consumo.

Con todo eso, Sonic: La película fue un éxito. Hizo más de 300 millones de dólares en taquilla, convirtiéndose en la película de mayor recaudación de 2020, y en la adaptación de videojuego con mayor taquilla doméstica, rebasando a Detective Pikachu.

¿Y Sonic 2?

Sonic 2, entonces, llega a cines arrastrando ese historial, de una primera película que fue un éxito absoluto de taquilla luego de que sus creadores aceptaron hacer cambios exigidos por el público. ¿Cómo repetir esa simpatía? El punto aquí es que Paramount Pictures no quiso correr riesgos.

Y así, tal como una marca de autos hace modelos parecidos pero con algunas mejorías estéticas puntuales para cobrar más caro, la secuela resulta ser sólo una versión superlativa de su antecesora.

La historia es la misma: Sonic defendiendo a la Tierra y a sus queridos humanos de amenazas inexplicables, enfocadas en destruirlo. Como diferencia, Fowler (que regresa a la silla de director) trae a Tails como compañero del erizo azul en la defensa de la Tierra –y de algunas reliquias de su especie–. ¿Contra quién? No sólo contra Robotnik (Carrey), sino ahora también contra Knuckles, miembro de un clan enemigo de Sonic.

Sonic 2
Knuckles es el nuevo enemigo a vencer (Crédito: Paramount Pictures)

O sea: en vez de un héroe, ahora son dos. En vez de un villano, dos. Además de eso, la mayoría de los personajes humanos se quedan en la banca, principalmente Tom (James Marsden), sin importancia alguna para la historia, incluso el gracioso Agente Stone (Lee Majdoub), que fue un buen compañero de escena para Carrey en la primera película. Hay una clara preferencia por mostrar más a las criaturas que a los humanos.

No hay creatividad o un deseo por avanzar con la historia: Sonic 2 es básicamente una copia, un “copiar y pegar” de la historia de la primera, con una estructura semejante –las amenazas son las mismas, así como el mensaje sobre amistad y familia por encima de todo–. Hay hasta incoherencias sobre elementos de la cultura de Sonic que sólo se ven ahora, siendo que deberían haber sido revelados, por lógica, desde la primera parte.

Y eso sin hablar de la obvia publicidad. Mientras que la primera película hacía eso sólo con Olive Garden, la segunda va más allá, con referencias a marcas como Oreo y una ensambladora de vehículos. Todo muy descarado.

Sonic 2 es meramente superlativa en relación a la primera, con limitaciones creativas evidentes y un carente deseo de hacer más. Es una típica “película de productor”, sin ninguna aspiración creativa o interés. Seguro gustará a los niños (pero más por cuenta de la infantilización), así como a los fans más ávidos de la franquicia de videojuegos, que se emocionará con las referencias en la trama. Y aquí va la pregunta: ¿Sonic 2 es más arte o producto de consumo?

El cine es arte. ¿O no?

No es sólo Sonic, obviamente, lo que da pie a este cuestionamiento. La fórmula Marvel está ahí, desde 2009, mientras que Warner Bros. exprime sus productos hasta la última gota, como es el caso con Harry Potter y la franquicia de Animales Fantásticos. Pero quizá Sonic 2 sea uno de los casos que deja en evidencia esa automatización. No hay nada de nuevo, nada creativo. Es la misma historia contada de forma diferente, con la mirada puesta en la taquilla.

Sonic 2
El esperado combate entre Sonic y Knuckles es de los momentos más destacados en Sonic 2 (Crédito: Paramount Pictures)

Pero el cine es arte. ¿O ya no lo es más? A pesar de que esa definición parece estar en la cuerda floja en los últimos años, da para encontrar momentos de encanto, reflexión y provocación en varias películas: desde la escena en la que todos los personajes se reúnen durante Avengers: Endgame, pasando por el giro de tuerca de ¡Huye!, al flashback final de La La Land y hasta la reunión de tres versiones del Hombre Araña. ¿Tiene emoción? Es cine. Punto final.

No necesita ser una película “oscura” o absolutamente experimental para encajar en esa definición convaleciente. Ni necesita ser una buena película. Sólo necesita tener un aire de innovación, de emoción en su historia. Y Sonic 2 no tiene nada de eso en ningún momento. Sólo apuesta por agradar a los fans, vender productos y llevar billetes a la taquilla. ¿Qué nos espera en Sonic 3? ¿Tres villanos contra tres héroes?

El arte, obviamente, puede ser también un producto de consumo. Las dos cosas no se contradicen. Sin embargo, preocupa que la finalidad de una película no sea ni provocar, ni instigar, ni hacer reflexionar ni emocionar. Es la misma preocupación que surge al ver una película como Space Jam: Una nueva era, que parece una película de algoritmo apenas enfocada en conseguir más suscriptores.

En fin: ¿será que podemos estar conformes con un cine así?

Sonic 2: La película ya está en salas de cine. Si quieres saber más sobre la película, ver el tráiler o comprar boletos, entra aquí.

Publicado originalmente en la edición brasileña de Filmelier News.