‘Judas y el Mesías negro’ y la falta de otras historias negras en el cine ‘Judas y el Mesías negro’ y la falta de otras historias negras en el cine

‘Judas y el Mesías negro’ y la falta de otras historias negras en el cine

En 2021, el Oscar logró abarcar mayor diversidad al nominar un gran número de producciones con narrativas negras, como ‘Judas y el Mesías negro’. ¿Pero será eso suficiente?

15 abril, 2021 4:45 PM
- Actualizado 25 abril, 2021 7:34 PM

Las Panteras Negras no son totalmente desconocidas para el cine. Esta organización política ya ha aparecido algunas veces en Hollywood –en 2021, tenemos dos películas sobre ellos nominadas al Oscar: Judas y el Mesías negro y El juicio de los 7 de Chicago, en las categorías de Mejor película, Mejor actor de reparto, Mejor guion original y otras más–. Esto, sin embargo, es apenas un paso en el largo camino de la representación en el cine.

Para bien o mal, los Premios de la Academia aún marcan la pauta no sólo dentro del cine, sino en la cultura como un todo. Y es bien sabido que aún falta espacio para la diversidad –específicamente hablando en términos étnico-raciales–.

Este escenario comenzó a cambiar en 2018 con El infiltrado del KKKlan, que dio su primer Oscar al Mejor guion adaptado a Spike Lee. Esto es importante dado que las producciones sobre la historia afroamericana aún son excepcionales, y mucha gente ajena a sus temáticas las desconoce.

Otros ejemplos más conocidos sobre las Panteras Negras son: Malcom X (1992), película que recibió premios; Night Catches Us (2010), de la directora jamaiquina Tanya Hamilton; The Black Panthers: Vanguard of the Revolution (2015), el largometraje Panteras (1995) y, claro, buena parte de los largometrajes de Spike Lee, con mención especial para A Huey P. Newton Story (2001).

Las Panteras Negras en ‘El juicio de los 7 de Chicago’ (Foto: Netflix).

Representación negra en los Oscar

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Para analizar las producciones que concurren en el Oscar 2021 en ese contexto cinematográfico, conversamos con Mariana Canuto, profesora de portugués e investigadora en cuestiones étnico-raciales. Con las nominadas al Oscar presentando historias afroamericanas, Canuto analiza este tipo de representación en el cine y las premiaciones.

“Siempre que un actor o actriz negra gana un Oscar, por ejemplo, rara vez tienen el papel principal, casi siempre es como actor de reparto. Y generalmente son personajes subalternos, humillados o similares. Ese es un punto muy importante cuando pensamos en racismo, pues sabemos que es estructural, entonces siempre deja a las personas negras en esa posición inferior”, puntualiza Canuto.

Un ejemplo de la situación mencionada por la académica es el de Hattie McDaniel, primera mujer negra ganadora de un Oscar por el papel de una criada en Lo que el viento se llevó, en 1940.

“Es importante
mirar lo negro
bajo otras perspectivas”.

“Las cosas cambian, pero en el fondo no lo hacen. Podemos citar a Viola Davis en Barreras: una actriz con una trayectoria sólida y relevante ganando un Oscar como Mejor actriz de reparto, cuando claramente ella era una de las protagonistas de la película”, continúa Canuto.

“En la sociología lo llamamos control de imagen, en el cine no es diferente. Lupita Nyong’o ganó un Oscar, ¡qué bueno!, pero ganó como Mejor actriz de reparto y no principal, haciendo un papel de esclava en 12 años esclavo, un sitio de humillación donde se orilla a los negros a estar. Es importante mirar lo negro bajo otras perspectivas, ¿dónde está el negro en una historia feliz, diferente?”, apunta Canuto.

Dentro de todo, quizá el caso más destacado sea el de Luz de luna, ganadora de la categoría principal del Oscar en 2017, una producción con una historia de maduración y sexualidad protagonizada por negros.

Es un escenario que encaja bien con las nominaciones de Judas y el Mesías negro. Daniel Kaluuya y Lakeith Stanfield están compitiendo por el Oscar en la categoría de Mejor actor de reparto, uno contra el otro. A pesar de que la película muestra cierta ambigüedad sobre quién realmente es el protagonista de la historia, no deja de ser extraño que ambos se disputen el premio como actores secundarios, cuando el argumento se enfoca en los dos personajes.

El tono revolucionario de Judas y el Mesías negro

Ya que estamos hablando de Judas y el Mesías negro, se trata de una película que resuena y, tal vez por ello, abra camino a más narrativas que no estén tan enfocadas en la cultura estadounidense.

Sin embargo, una de las grandes diferencias es que Judas y el Mesías negro no pinta a las Panteras Negras como los enemigos, sino todo lo contrario: demuestra su propósito y por qué una revolución era (y sigue siendo) importante. Claro que hay conflicto con el FBI, precisamente debido al poder que el movimiento político demostraba.

El largometraje aborda una parte en la vida de Fred Hampton, presidente de la filial de Illinois y vicepresidente del Partido de las Panteras Negras, ejecutado por el FBI a los 21 años en 1969. El asesinato sucedió gracias a que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos tenía a un infiltrado, William O’Neal, que los ayudó en el atentado. Hampton murió, aunque su legado permaneció vivo, así como la lucha por el fin de la brutalidad policial que sucede incluso hoy.

Daniel Kaluuya y LaKeith Stanfield protagonizan ‘Judas y el Mesías negro’ (Foto: Warner Bros.)

“Incluso si no es una película tan buena, Judas y el Mesías negro está hablando de un movimiento extremadamente importante, las Panteras Negras, y que de cierta forma necesitaba ser parte de este mundo, porque ahora el Oscar se “preocupa” de alguna manera. Entonces necesita meterse ahí”, dice Mariana Canuto.

Judas y el Mesías negro tiene un ritmo lento por aproximarse a una biografía, pero acaba narrando apenas una parte en la vida de Hampton, justamente la que involucra a O’Neal. Y es ese el punto del guion que incomoda a la investigadora.

En Judas y el Mesías negro se muestra un tipo de control sobre los negros: que son rivales, que pelean entre sí y que no consiguen ponerse de acuerdo. Al mismo tiempo que la negritud es muy diversa, como la blanquitud, en las películas parece que no nos unimos y que siempre estamos en conflicto. ¿Cómo quiere la gente que el mundo sea antirracista si ni siquiera entre nosotros logramos entendernos?”.

O’Neal es situado como antagonista de Hampton, e incluso si eso fue lo que sucedió en la vida real, Mariana Canuto apunta que podría abordarse la vida de Fred Hampton sin caer en la rivalidad con O’Neal.

“Aun si la película narra una historia basada en hechos reales, uno de los errores de la narrativa para mí es contar la historia de Fred Hampton en comparación con Bill O’Neal. Podría haberse escrito de otra forma para insertar al personaje de O’Neil sin acentuar esa rivalidad entre dos hombres negros. Incluso la dicotomía de ideas entre ellos acabó siendo poco desarrollada”, completa Canuto.

El peligro de una sola historia

Respecto a la representación negra, Canuto considera que hace falta conocer otras. “Esa es sólo una parte de la historia, no es la única, esa idea nos remite a la intelectual Chimamanda Ngozi Adichie y a la problemática de una sola historia. Es importante contar con un carácter de denuncia, es necesario saber sobre el pasado, la esclavitud, de todas las problemáticas que enfrentamos todavía hoy a cuenta de aquella época, pero esa no puede ser la única historia contada”.

Chimamanda Ngozi Adichie habló sobre “El peligro de la historia única” en una TED Talk que obtuvo tanta atención, que se convirtió en un libro. Ella plantea que las narrativas unilaterales se convierten en fuentes de estereotipos que son repetidos constantemente, cosa bastante común si nos detenemos a pensar en el caso del cine, por ejemplo.

“Aunque el factor histórico es importante, no debe venir primero necesariamente, me parece que ese raciocinio tiene muchas fallas. Cuando vemos la cultura de masas, siempre se trata de una reproducción de aquello que ya ha sido hecho con moldes diferentes. Es necesario alejarnos de eso, radicalizar las cosas, las conversaciones, los debates, sea cual sea el tema a abordar. Ya es hora de que se aborden historias negras desde otras perspectivas. No tenemos una sola historia para ser contada”, analiza Mariana Canuto.

“Creo que hay una fluctuación en ese sentido. Pantera Negra es una de las pocas películas que se aleja de eso, y no tenemos otras referencias de otras producciones con ese nivel de empoderamiento negro. Se requieren otros guiones, largometrajes, historias, para que podamos salir de ese lugar de humillación, del negro siempre disminuido socialmente”, comenta.

El juicio de los 7 de Chicago y las Panteras Negras

Mientras que Judas y el Mesías negro pone el enfoque total en las Panteras Negras, El juicio de los 7 de Chicago gira en torno a un grupo de manifestantes que protestan contra la Guerra de Vietnam durante la Convención Nacional Demócrata de 1968, en Chicago. Lo que era un acto pacífico acabó tornándose violento y, debido a ello, los líderes del movimiento fueron detenidos.

La película muestra el juicio de los siete acusados: Abbie Hoffman (Sacha Baron Cohen), Jerry Rubin (Jeremy Strong), David Dellinger (John Carroll Lynch), Tom Hayden (Eddie Redmayne) , Rennie Davis (Alex Sharp), John Froines (Danny Flaherty) y Lee Weiner (Noah Robbins) –que en realidad fueron ocho, ya que Bobby Seale (Yahya Abdul-Mateen II) fue injustamente acusado–. Además de ser el único negro, Seale fue el único arrestado y acusado de matar a un policía, y siempre estuvo esposado al tribunal.

Yahya Abdul-Mateen II como Bobby Seale en ‘El juicio de los 7 de Chicago’ (Foto: Netflix)

Y es Seale quien se conecta con Judas y el Mesías Negro: él era uno de los líderes de las Panteras Negras en la época de las protestas y del juicio. En el otro largometraje, dirigido y escrito por Aaron Sorkin, eso no es exactamente lo que sucedió con él –lo que sin duda daría para otra película–, pero sí fue el destino de los otros acusados.

Sin embargo, una de las escenas más fuertes de la película es protagonizada por Yahya Abdul-Mateen II. Sin la presencia de su abogado, él pide varias veces que su juicio sea pospuesto o representarse a sí mismo. Y quien lo orienta en esos momentos es Fred Hampton (aquí interpretado por Kelvin Harrison Jr.).

Las peticiones fueron negadas por el juez, y la única solución para silenciar a Seale fue pedirle que lo llevaran a otra habitación para ser encadenado a una silla y amordazado, para que ya no pudiera “interrumpir”.

Lo que realmente sucedió con Bobby Seale

Es impactante ver eso en la película, pero es una versión suavizada de lo que realmente sucedió. En El juicio de los 7 de Chicago se da a entender que Bobby Seale estuvo amordazado unas horas a lo mucho, hasta que el juez decidió suspender su juicio.

En realidad, el líder de las Panteras Negras estuvo días en esa situación, hasta que su destino fue decidido. Por si fuera poco, tuvo que continuar amarrado entre los acusados, comunicándose sólo con sonidos y gestos de la cabeza.

Seale, quien aún vive, narro lo acontecido en el libro Seize The Time: The Story of The Black Panther Party and Huey P. Newton, lanzado en 1970. No hay muestras de que Fred Hampton se haya involucrado en el juicio para ayudar a Seale, como sucede en la película.

Pero de vuelta a los Oscar: El juicio de los 7 de Chicago está nominada en 5 categorías, incluida Mejor película. Mariana Canuto señala que, tal vez, la introducción de esa trama racial tal vez haya sido uno de los motivos por los que la película llegó a la premiación, pues ayuda a impactar al espectador.

La falta de representación femenina.

Un hecho notorio entre las citadas películas es que, además del protagonismo negro, el foco son siempre los hombres. Dentro de las Panteras Negras, hablan de que no existe la distinción de género, y tenemos activistas conocidísimas como Angela Davis.

¿Cuándo habrá una producción –que no sea un documental– sobre Davis? Kathleen Neal Cleaver, Assata Shakur, Elaine Brown y tantas otras mujeres que hicieron y hacen la diferencia en la lucha negra, también merecen que sus historias sean contadas.

“Vaya, no tenemos una película [de ficción] sobre Angela Davis. Esa mujer es una de las personas más revolucionarias del mundo y no tenemos una película biográfica sobre ella? Cuando la gente piensa en derechos civiles, comunidades afroamericanas, la primera referencia es Angela Davis, seas hombre o mujer” apunta Canuto. “Hablando de lo femenino, estamos muy lejos de esa representación de mujeres fuertes e inteligentes”.

Falta espacio para la representación negra –principalmente cuando se trata de mujeres– (Foto: Warner Bros.)

Judas y el Mesías negro da algo de espacio para Deborah Johnson (interpretada por Dominique Fishback) –también conocida como Akua Njeri–, la novia de Hampton. Sin embargo, no brinda muchos detalles sobre ella fuera de su relación con el líder de las Panteras Negras.

“Nuevamente diré que necesitamos radicalizar los debates, no sólo con respecto a la Academia, sino también la ciencia, la cultura, la historia. El cine es cultura en ese sentido, se necesita ese abordaje. ¿Qué quiero decir con radicalizar? Aspirar a causas sociales que den espacio a las mujeres, lejos de la representación subalternada”, afirma la académica.

“Cuando pensamos en el Oscar, en Hollywood, no hay forma de no asociarlos a hombres blancos repletos de dinero. Es muy difícil radicalizar los debates debido a esa estructura de poder y dinero, que no nos permite hacer eso. Dicen que debemos ser moderados y equilibrar los discursos, pero la verdad es que no. Si fuera así, seguiremos reproduciendo las mismas cosas que queremos cambiar pero dentro de un molde más moderno, en términos del cine”.

“Tenemos que
radicalizar los debates”

“Estamos siempre luchando contra un sistema completamente poderoso, que dicta cómo debemos pensar y actuar. Las producciones de Hollywood siempre acaban jugando las mismas cartas, ese control y vigilancia”, finaliza la investigadora.

Hay que destacar que además de Judas y el Mesías negro y El juicio de los 7 de Chicago, otras producciones con temáticas negras están entre las nominadas al Oscar 2021. La madre del blues sigue la grabación de un disco de Ma Rainey, una de las primeras cantantes afroamericanas profesionales de blues. Tiene a Viola Davis –finalmente nominada como Mejor actriz principal– y a Chadwick Boseman, póstumamente presente entre los nominados a Mejor actor.

Además está el largometraje que habla de artistas negras, The United States vs. Billie Holiday, que cuenta la poderosa historia de la cantante homónima de jazz. Andra Day, en el papel de Holiday, ganó el Globo de Oro como Mejor actriz y fue nominada al Oscar por su actuación. También está la nueva película de Spike Lee, 5 sangres, aunque solamente fue nominada a Mejor banda sonora.

En la categoría de Mejor documental está Time, sobre una mujer que intenta liberar a su marido de la Penitenciaría Estatal de Louisiana, conocida como Angola.

Dos completos desconocidos está en la categoría de Mejor cortometraje, y es una de las películas más fuertes del año por retratar la violencia policial contra los negros en Estados Unidos. Es prácticamente una denuncia contra esa brutalidad que sucede también en otros países.

Otro corto es Una canción de amor para Latasha, un homenaje a una adolescente, asesinada por comprar un jugo de naranja y acusada de robo. Latasha Harlins tenía apenas 15 años cuando se dieron los hechos, que provocaron una ola de protestas en Los Ángeles.

Lee también: ¿Cómo se elige a los nominados y ganadores del Oscar?

El Oscar 2021 se entregará el 25 de abril. Da clic aquí para consultar dónde ver las películas nominadas. El juicio de los 7 de Chicago está disponible en Netflix, y Judías y el Mesías negro está actualmente en la cartelera mexicana.

Texto adaptado de su versión original en portugués.


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