La Xtabay: ¿de dónde viene este personaje de ‘Selva trágica’? La Xtabay: ¿de dónde viene este personaje de ‘Selva trágica’?

La Xtabay: ¿de dónde viene este personaje de ‘Selva trágica’?

En ‘Selva trágica’, película mexicana dirigida por Yulene Olaizola, se alude constantemente a la leyenda maya de la Xtabay. Aquí contamos más sobre ella.

Lalo Ortega   |  
14 junio, 2021 2:07 PM
- Actualizado 6 julio, 2021 2:34 PM

Después de un destacable paso por festivales de cine del mundo, y de un estreno limitado en salas de cine, Selva trágica ha llegado a Netflix. Aunque se trata de una ficción situada en la década de 1920, la película rescata una figura del imaginario maya: la Xtabay.

Dirigida por la cineasta mexicana Yulene Olaizola (Paraísos Artificiales), el largometraje sigue a una joven mujer llamada Agnes (Indira Rubie Andrewin), quien busca huir de un matrimonio arreglado a través de la selva entre la frontera de México con Honduras Británica (hoy Belice).

El camino de Agnes se cruza con el de un grupo de trabajadores del chicle, con quienes no puede comunicarse por la barrera del lenguaje. Sin embargo, su presencia en el grupo desencadena una serie de acontecimientos violentos, muchas veces fatídicos.

Aunque parcialmente inspirada por la novela Caribal: El Infierno Verde de Rafael Bernal, la narración en off (con voz masculina) de Selva trágica hace alusión constante a un personaje de las leyendas mayas: la Xtabay, también llamada X’tabay, Xcab o Xcabay.

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Como suele suceder con la tradición oral indígena al paso de las colonizaciones y del tiempo mismo, las versiones y orígenes de la leyenda varían y hasta pueden ser contradictorias entre sí. Aquí te contamos un poco sobre ellas, pues el guion escrito por Olaizola y Rubén Imaz las retoma y las reinterpreta.

La leyenda de Xtabay

Para el portal Pie de Página, escribe la periodista Lydiette Carrión que podemos hablar de varias concepciones de la leyenda: destacan una versión sincrética católica, y varias versiones de resistencia indígena que rechazan la primera.

De acuerdo con Carrión, la primera versión se trata de una reinterpretación realizada por Antonio Mediz Bolio, poeta, periodista e historiador maya nacido en Yucatán. En 1922 publicó La leyenda del faisán y el venado, “inspirado en las leyendas mayas”.

“Ahí, la Xtabay –o Xcabay– que re-creó es la de una Llorona del mayab que despide sensualidad, que huele a sexo a kilómetros y cuyas presas son los mancebos enamoradizos”, señala Carrión.

En resumidas cuentas, esta versión de la leyenda tiene una motivación meramente moralina desde la perspectiva católica. Habla de una mujer más bella que todas, vestida de blanco, “la mujer que deseas en todas las mujeres y la que no has encontrado en ninguna todavía”, que seduce y castiga a los hombres que andan en las calles por la noche para cometer adulterio.

Sin embargo, se conoce otra versión que, en la superficie, narra el origen de la Xtabay. Pero esta interpretación va más allá, pues tiene “un guiño maya que se burla de los conquistadores”, y una “una resistencia indígena a la mojigatería española o criolla”.

En esencia, la leyenda habla de dos mujeres muy bellas que vivían en un pueblo. Una de ellas era llamada Utz-Colel (“mujer buena”), quien no se entregaba al “pecado del amor”, como sí hacía Xkeban (“la pecadora”).

No obstante, mientras que Xkeban era compasiva, ayudaba a los animales a los enfermos y desamparados; Utz-Colel era fría, rígida y austera, que desdeñaba a los humildes por considerarse superior a ellos.

Un día, Xkeban muere abandonada, sólo acompañada de sus animales. Sin embargo, de su cadáver se desprende un perfume que llegaba a todo el pueblo. Después de ser enterrada, su tumba se llenó de flores silvestres.

Sin embargo, Utz-Colel, quien se preciaba de su virtud, rechazó el hecho como cosa del demonio, y aseguró que para ella se abrirían las puertas del cielo. Pero al morir ella, su cadáver desprendió un hedor insoportable y, al amanecer, las flores de su tumba habían desaparecido.

Al paso del tiempo, la Xkeban se convirtió en una flor dulce de aroma embriagante llamada Xtabentun. En cambio, Utz-Colel pasó a ser la flor de Tzacam, que no tiene aroma y viene de un cactus lleno de espinas.

Sin caer en cuenta de que su destino fue dictado por la frialdad de su corazón, Utz-Colel pidió ayuda a los malos espíritus para ser humana de nuevo. Así se convirtió en la Xtabay, la mujer que surge de la flor de Tzacam para seducir a los hombres y asesinarlos “en el frenesí de un amor infernal”.

Contrario a la interpretación católica, esta versión maya no habla de la sexualidad femenina desde una perspectiva moralina. Por el contrario, habla de una mujer que no se da a sí misma ni a otros amor ni placer, que “no se entrega al pecado” y que cree que así será salvada. Sin embargo, para los mayas, es una flor sin aroma, o sin alma.

¿Cómo reinterpreta Selva trágica la leyenda de la Xtabay?

La primera mención de la Xtabay en Selva trágica viene antes de los 25 minutos de metraje. Para entonces, sabemos que el Cacique (Dale Carley) y sus hombres persiguen a la protagonista, Agnes, comprometida en un matrimonio arreglado.

En su escape, ella es acompañada por una enfermera, Florence (Shantai Obispo), y un peón, Norm (Cornelius McLaren). Durante una breve escena, vemos que estos dos están implicados sexualmente.

Norm y Florence mueren en un asalto del Cacique y sus hombres, y Agnes pasa la noche herida, adentrándose en la selva. Aunque aún no se menciona a la Xtabay por nombre, ya hay guiños a la leyenda de Xkeban y Utz-Colel durante el último intercambio (aparentemente imaginario) entre Agnes y Florence. Aquí, la primera confiesa a la segunda que todavía es virgen, y desea saber más sobre el sexo (“tú has estado con tantos hombres”). Junto al cuerpo de la segunda, hay flores donde antes no las había.

La Xtabay en 'Selva trágica'
“Hay flores hermosas a tu alrededor”. (Imagen: Netflix).

“¿También hay flores a tu alrededor?”, pregunta Florence a Agnes. No las hay.

La mañana siguiente, a pesar de estar herida de bala, Agnes se repone, cambia de ropa con el cuerpo de Florence, y se va. Es en este punto que abandonamos momentáneamente a la protagonista para cambiar el enfoque a un grupo de trabajadores del chicle.

“Cuando camines por la selva, siempre debes ir en silencio” dice la narración masculina en su primera intervención en off. “No te detengas a observar la naturaleza. Si oyes voces detrás de ti, no te des vuelta para mirar. Quiera tu suerte que la que temes y deseas no aparezca ante ti. Porque la mujer Xtabay ya conoce el camino que recorres”. Poco después, el grupo se encuentra con Agnes.

Hay que notar que, desde la perspectiva de esta narración masculina, la leyenda contada se parece más a la concepción católica de ésta, sobre una mujer vestida de blanco que acecha a los hombres adúlteros para seducirlos y matarlos. Ellos son las víctimas en esta narrativa.

En Selva trágica, aunque el adulterio no está sobre la mesa, sigue habiendo un componente de sexualidad: además del Cacique, quien quería tomar a Agnes como esposa, dos personajes más son seducidos por ella. Sin embargo, desde que ella es encontrada por el grupo, otros de sus integrantes sucumben en circunstancias que, en la superficie, parecen casualidades inconexas.

Selva trágica
El vestuario también hace eco de la leyenda: Florence y Agnes visten de blanco (Imagen: Netflix).

A través del enigma de su protagonista, Selva trágica reinterpreta la leyenda de la Xtabay desde otra perspectiva. Aquí no son castigados los hombres adúlteros, sino los hombres avaros, quienes buscan destruir para poseer. No importa si se trata de poseer mujeres o de la naturaleza.

Para el caso de la película, ambas se vuelven una fuerza única e indistinta que, si bien resulta implacable, indomable y finalmente incomprensible, no está desprovista de bondad. Basta con ver quiénes quedan en pie –y por qué– al llegar el críptico final.